jueves, 2 de octubre de 2014

El test de inteligencia de la isla de Ellis (1912)





EE.UU. prohibía la entrada de enfermos crónicos, contagiosos, homosexuales, prostitutas, mendigos, anarquistas o aquellos que portaran libros políticamente indeseables.La isla servía como laboratorio para efectuar los más descabellados tests de inteligencia y de capacidad. Buscaban proteger al norteamericano anglosajón de la avalancha de los europeos del Este y del Sur, considerados inferiores. Víctimas de innumerables prejuicios, los europeos desesperanzados y perseguidos llegaban a América con afán de salir adelante, pero eran desalentados por los propios norteamericanos, que los denominaban hombres vencidos de tierras derrotadas o, simplemente, los malditos extranjeros. Después del tétrico examen, aquellos que lograban el OK eran conducidos hacia América por la Puerta de la separación, así llamada porque más de cientos de miles de personas no pudieron cruzarla. Muchos inmigrantes, antes de someterse a la prueba de fuego, rebautizaron a Ellis Island como el mundo de los miedos.

Inteligencia cristalizada: La voz de la experiencia




La inteligencia fluida es la capacidad de adaptarse y afrontar situaciones nuevas de forma flexible, sin que el aprendizaje previo constituya una fuente de ayuda determinante para su manifestación. La inteligencia cristalizada es aquel conjunto de capacidades, estrategias y conocimientos, que representa el nivel de desarrollo cognitivo alcanzado a través de la historia de aprendizaje del sujeto. Esta constituida fundamentalmente por aptitudes relativas a la comprensión verbal, el establecimiento de relaciones semánticas, la evaluación y valorización de la experiencia, el establecimiento de juicios y conclusiones, los conocimientos mecánicos o la orientación espacial. Depende de la experiencia, y así una persona desarrollará su inteligencia cristalizada en la medida en que invierta su inteligencia fluida histórica en experiencias de aprendizaje.