EE.UU. prohibía la entrada de enfermos crónicos, contagiosos, homosexuales, prostitutas, mendigos, anarquistas o aquellos que portaran libros políticamente indeseables.La isla servía como laboratorio para efectuar los más descabellados tests de inteligencia y de capacidad. Buscaban proteger al norteamericano anglosajón de la avalancha de los europeos del Este y del Sur, considerados inferiores. Víctimas de innumerables prejuicios, los europeos desesperanzados y perseguidos llegaban a América con afán de salir adelante, pero eran desalentados por los propios norteamericanos, que los denominaban hombres vencidos de tierras derrotadas o, simplemente, los malditos extranjeros. Después del tétrico examen, aquellos que lograban el OK eran conducidos hacia América por la Puerta de la separación, así llamada porque más de cientos de miles de personas no pudieron cruzarla. Muchos inmigrantes, antes de someterse a la prueba de fuego, rebautizaron a Ellis Island como el mundo de los miedos.
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